Eutanasia: Un Adiós al peor dolor
Pero ¿cuál es la razón de que la eutanasia sea un debate escondido?; existen muchos factores que interviene en el momento de especular, está por ejemplo el derecho universal a la vida y a la salud, sin embargo, el tiempo que se le brinda a un enfermo terminal es para los expertos en medicina un camino desconocido, pues no cuentan con todos los obstáculos emocionales, profesionales y de diagnóstico que al momento de pasar esta tormentosa etapa se presentan, aún cuando se cree que estos están preparados para todo siguen siendo seres sensibles.
Por su parte, el Código Deontológico marca un NO rotundo al prestar tal servicio, sin pensar más allá del cerrado camino ético y científico de los médicos, olvidando por completo la angustia del paciente al sufrir en carne propia una enfermedad que la ciencia marca como incurable o irreversible, al mismo tiempo que ve los estragos provocados en su entorno familiar y laboral a causa de sus padecimientos, provocando de esta manera un desgaste emocional más allá del que la enfermedad provoca, por su parte, capacidad de soportar dolor es un juego de ir y venir para muchos pacientes debido a los niveles de tolerancia en cuanto a la escala del mismo.
Entonces, esta manera de suicidarse no es un manchón, el suicidio asistido es simplemente una manera de aliviar, valorar y amar sin límites a un ser humano, sobre todo comprenderlo y ser empático porque siendo absolutamente francos, sin importar cuanto se quiera ayudar o comprender, solo quien lo experimenta sabe que es lo mejor para sí mismo (si es capaz de consentir esta decisión) por ello, la eutanasia abre la ventana del pensamiento humano brindando recursos que ponen en juicio la legalización del procedimiento (de la manera que sea requerido).
Poniendo en escena no solo tal necesidad, sino la práctica segura de ejercerla (el respeto a la humanidad y la decisión sobre el cuerpo propio); pues quién mejor que un médico para explicar y acompañar a un enfermo, además, los mejores medicamentos para aliviar el dolor no están al alcance de todos los bolsillos, y los efectos secundarios son parte de una eutanasia a largo plazo, pues estos acortan el tiempo de vida (aunque esto no sea lo que se busque), y si existe la pena de muerte para una persona sana ¿por qué no se practica la eutanasia para los enfermos terminales o los que su estado de salud es crítico y limita casi totalmente sus funciones?.
Claro está, que no por el hecho de ser médico se va a obligar a servir para tal función, siempre estará la objeción por consciencia al alcance de estos profesionales encargados de cuidar y aliviar dolor (tal vez en cualquier sentido),pues es comprensible que la moral o la ética sea un impedimento para el ejercicio de la eutanasia, al igual que para los pacientes la decisión es libre, luchar y vivir con el dolor hasta el final o eutanasia.
Sobre todo el recordar que la modernización y el escuchar las opiniones de médicos, familiares y los enfermos (siendo esta la más importante); creará un camino para hablar libremente de la eutanasia como una alternativa que les brinde la oportunidad de elegir, pues ellos no quieren ser parte del acto heroico que tratan de realizar los médicos con ellos, hay que dejar claro que aspectos físicos (pues los aspectos psicológicos, dejan incapaz de tomar esta decisión al paciente y es un tema aparte), dejando de lado el tabú sobre la vida misma en contextos extremos y pasados por alto, por la falta de experiencia y conocimientos, dando por hecho que los seres humanos son un medio para alcanzar objetivos, dejando de un lado el bienestar del mismo.
Tal como lo demuestra la medicina paliativa, la mejor solución es el acompañamiento humano y digno, en un proceso que médicos marcan de 6 meses aproximados de vida restante, tiempo en que la enfermedad avanza progresiva y despiadadamente, dejando un recuerdo distorsionado de su rostro o la incapacidad de realizar acciones que eran parte de los deseos del paciente, en este caso la eutanasia les brinda un tiempo certero para poder cumplir promesas, a su vez, pueden pensar mas allá de su enfermedad y la incertidumbre que provoca poner fin a su vida por causa de un miedo constante.
Los estudios oncológicos deberían al igual que la medicina paliativa poner en discusión el tratamiento de la eutanasia como medida, estudio, investigación y práctica libre de todos los implicados, pues esto transformaría sin duda alguna a la vida profesional y general o la salud más allá del alivio momentáneo del dolor y los frustrantes cocteles de medicina que bloquean y generan pérdida de apetito en los pacientes, es necesario ver los aspectos positivos que trae la eutanasia y la revolución de pensamientos que acarrea consigo, como en su momento, el aborto que sigue siendo tema controversial y que habita en la misma línea que la eutanasia, pero, cualquier enfermedad degenerativa atenta con el libre desarrollo de los seres humanos, la vida digna, la disposición sobre la vida propia y sobre todo con la libertad de expresión, dando lugar a la verdadera incógnita ¿La práctica de la eutanasia termina siendo humana o inhumana?.
Elaborado por
Sinar Alvarado
Bibliografía
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DEL PERSONAL SANITARIO ANTE EL ENFERMO EN SITUACIÓN TERMINAL. https://www.bioeticacs.org/iceb/seleccion_temas/eutanasia/EUTANASIA_2000.pdf
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