La llamada solución, no es la solución
Crisis en El Salvador
En 2015, El Salvador fue considerado uno de los países con mayor índice de homicidios voluntarios, la mayoría de estos a manos de las distintas maras que operan en el territorio; desde hace años se vienen implementando operaciones para contrarrestar las acciones delictivas, pero ninguna tan evasiva y radical como la implementada recientemente, especulaciones hacen entre ver que la causa de la decisión tomada por el gobierno, es nada más y nada menos que una consecuencia de la ruptura del pacto sostenido entre las maras y el gobierno de el Salvador.
Estado de Excepción
El gobierno de El Salvador difundió imágenes de reclusos amontonados en filas, algunos de ellos portando mascarillas. /BBC News
Según, datos estadísticos antes de la implementación del estado de excepción El Salvador reportaba cerca de 2 a 5 homicidios violentos por día. Un día después de implementado el Estado de Excepción, el país comunicó que por primera vez en años no se había reportado ningún homicidio; esto luego del arresto de 30,000 personas, las cuales el gobierno tacho de ser miembros de pandillas.
Luego de la matanza que se produjo entre el 25 y 27 de marzo de 2022, que dejó un saldo de 82 homicidios, según, reportes de la policía salvadoreña, el gobierno implemento el llamado “Estado de Excepción”, el cual tiene como finalidad la suspensión de libertades constitucionales de reunión, asociación, inviolabilidad de lacorrespondencia y telecomunicaciones, además, del derecho a la defensa y la implementación de medidas necesarias por parte de la policía para frenar los homicidios. Para muchos una medida extrema y arbitraria, la cual deja como resultado la violación de los derechos humanos de los pandilleros. Te preguntaras ¿Cuál es el problema si son delincuentes? ¿Acaso a los delincuentes se les debe respetar los derechos humanos? Y así las muchas incógnitas que surgen a raíz de este dilema.
Pero, he aquí el problema con la implementación de esta medida, al momento de ejecutar castigos se hace de forma generalizada, sin tener en cuenta la naturaleza del delito cometido, lo que radica en la violación de derechos humanos de reos que no están ahí por delitos tan graves como los cometidos por miembros de las distintas maras. Esto ha sido uno de los detonantes en la inconformidad en los distintos organismos internacionales, ONG, organismos defensores de los derechos humanos, etc. Los cuales buscan que se respeten los derechos de cualquier ser humano.
Arbitrariedades que van desde la racionalización de alimentos hasta el arresto injustificado y violento, todo ello como una orden por parte del presidente de dicho país, quien justifica estas acciones con el discurso de que así se acabara con los crímenes. Al contrario, esta no es una solución para acabar con estos crímenes, sino que es la causa de más crímenes que atentan contra la dignidad y los derechos de personas que son inocentes de cometer atrocidades, ya que por medio de estos decretos se le da a la policía nacional la potestad de maniobrar con la vida de los reos.
Esta es la principal inconformidad para quienes no están de acuerdo con estos métodos empleados. Lo que más se teme es que al recurrir a estas acciones la violencia se prolifere y escale aún más de lo imaginado.
Criticas a Bukele
Asimismo, el presidente de El Salvador Nayid Bukele ha sido blanco de muchas crítica, esto en consecuencia de la puesta en marcha del Estado de excepción, y por los crueles tratos a los que son sometidos los reos y las personas al momento de ser detenidos sin siquiera tener un orden de arresto en su contra. Estamos una vez más en vista de un país por las acciones de su mandatario, algo que ha pasado a ser normal en los países de América Latina.
Bukele se ha pronunciado en repetidas ocasiones, a través, de la plataforma Twitter, en la cual ha dejado muy en claro su postura hacia las críticas que han surgido, “En la calle, seguimos capturando a todos los cabecillas de las 3 pandillas, ellos irán a esas celdas selladas, el pandillero que ponga resistencia será abatido con fuerza proporcional y posiblemente letal por nuestra fuerza pública”.
Organismos internacionales como la Organización Interamericana de Derechos Humanos CIDH ha catalogado esta situación como “Una bomba de tiempo”, la cual pone en riesgo la vida de los reos, así como la de los salvadoreños en general. El riego no es solo por el hecho de tener a los integrantes de las pandillas juntos, sino por las condiciones precarias y antihigiénicas en las que se encuentras, de la misma forma se teme un rebrote de COVID 19 en las cárceles, que a mayor escala puede convertir en un rebrote en todo el país.
El gobierno de El Salvador difundió imágenes de reclusos amontonados en filas, algunos de ellos portando mascarillas. /BBC News
Si bien una solución inmediata no existe, los esfuerzos son los creadores de oportunidades, el poder llegar a un consenso en el que todo un país esté de acuerdo es uno de los mayores retos
de un político, no siempre se puede complacer a todos, hasta ahora hay que ser conscientes que estos actos no son la solución y mas cuando para erradicar la violencia se hace uso de más violencia.
A pesar de todo esto, hay que tratar este tema desde un ámbito social y cultural, para así consolidar las bases de un futuro mejor y cortar con el patrón recurrente de caer en una dictadura en la cual se atropellan los derechos humanos; esto no quiere decir que la vida de los fallecidos es menos y sus culpables no merecen ser castigados, pero hay que considerar que por ellos y sus familias los más acertado es disolver estos grupos que tanto daño hacen. Un país empobrecido donde la única salida es recurrir a estos grupos para salir adelante, eso es lo que hay que cambiar.
Crear organismos que estén capacitados para investigar y llegar a los verdaderos culpables, en eso se debe pensar, dejar de lado la agenda mediática donde la violación de derechos humanos sea la solución, es una meta factible y una solución perfecta.
Autora: Ana Orozco
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